De nuevo un 5 de junio celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente. Y un año más dede Naciones Unidas alertan. Urge proteger y conservar nuestro entorno. Un millón de especies de plantas y animales se enfrentan a la extinción, algunas en sólo décadas. De nuevo, llegó la hora de reaccionar, llegó La Hora de la Naturaleza.
Bajo este lema, y los efectos de una pandemia, nuevamente toca reflexionar. La variedad de alimentos que comemos, el aire que respiramos, el agua que bebemos y el clima que hace posible nuestra vida en el planeta, no existirían sin los servicios de la naturaleza. La moraleja es clara, cuando cuidamos de ella, cuidamos de nosotros.
Parece un axioma a priori fácil de cumplir, pero apenas se aplica en la práctica. Vivimos inmersos en una sociedad cuyo crecimiento económico se basa en el modelo “usar-consumir-tirar” que cada año genera 129 millones de residuos en España (el 5% de Europa). Un paradigma cuanto menos solidario que prima el beneficio económico frente a la producción y el consumo responsable de los recursos.
Tanto es así que, si queremos mantener el nivel de vida y la población actual necesitamos 2,6 veces más superficie de la que dispone España. Las previsiones de crecimiento de la población mundial -que sobrepasará 9.000 millones de personas en 2050-, y el ritmo de consumo actual no son sostenibles. Es decir, de seguir así, agotaremos todos lo recursos, ya que no hay un planeta B.
Un Reto en la agenda 2030
Cuidar de la naturaleza es un reto de todos. También de las empresas que necesitan replantear sus esquemas productivos para reducir el impacto que tienen sobre el medio ambiente. En un intento de contribuir a dar respuestas, el gobierno ha elaborado la estrategia España Circular 2030 con vistas a los próximos diez años. Con ella busca unir esfuerzos para lograr una economía sostenible, descarbonizada, eficiente en el uso de los recursos y competitiva.
Se trata de construir un tejido social donde las empresas generen valor en círculo y con una filosofía de residuo 0 (zero waste). Con modelos de producción y consumo que mantengan el máximo tiempo posible el valor de los productos, materiales y recursos; capaces de reducir al mínimo la generación de residuos; y preparados para sacar el máximo provecho de los que necesariamente tengan que generarse.
Muchas empresas ya han pasado a la acción y desde hace años aplican en sus procesos productivos prácticas sostenibles que buscan reducir la huella ecológica en toda la cadena, desde el diseño del producto hasta su transporte. Sin embargo, el camino aún es largo en los sectores clave: construcción, agroalimentario, pesquero y forestal, industrial, bienes de consumo, turismo y textil. Respecto a este, un dato: somos uno de los países donde tiramos más ropa, junto a Italia y Holanda, con niveles que alcanzan los 66 kg/persona.
Y una gran Oportunidad
Transformase en una empresa zero waste que ponga en el centro de todas sus decisiones a la naturaleza, es el desafío en la próxima década. Pero también es una oportunidad generadora de valor a diferentes niveles. Ser sostenible implica adoptar principios altamente valorados, no solo por su beneficio medioambiental sino también social y económico: tener un propósito relevante, poseer una visión global del sistema, construir alianzas, trabajar desde la innovación, ser coherentes, y tener una vocación transformadora. Todos ellos, son apuestas ganadoras.
Aprovechemos la oportunidad. Es la hora de la naturaleza y, también, de las personas. Cada vez más concienciadas para cambiar las pautas de un sistema lineal y cortoplacista que se ha demostrado erróneo. Cada vez más demandantes de empresas que ofrezcan valor en sus productos y servicios. De empresas que contribuyan a construir un modelo de vida responsable, respetuoso y sostenible con los recursos del planeta.
Y aprovechemos el momento. Para comunicar e inspirar a otros con nuestras acciones y modelos de negocio circulares. Para ayudar a construir un planeta más sostenible en el tiempo. Y para que en la próxima década este 5 de junio solo sirva para celebrar que vivimos con la naturaleza.
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